2021-04-21El país está en un estado de caos y descontrol, y esto debido al deterioro de nuestra institucionalidad. La falta de gobemabilidad ha hecho que la informalidad y el desorden avancen a pasos agigantados llevándonos a retroceder en muchos aspectos prioritarios de nuestras vidas, lo que hace sentimos vulnerables y desprotegidos. El proceso electoral y sus resultados no han hecho otra cosa que confirmamos el rechazo que tenemos a nuestra actual calidad de vida. Un ejemplo claro de cómo impacta el abandono en la vida diaria es el experimento de psicologíasocial de "las ventanas rotas" realizado por el profesor Philip Zimbardo, de la Universidad de Stanford. Dejó dos autos idénticos abandonados en dos barrios con necesidades muy diferentes. En Bronx, un barrio pobre, el auto quedó desmantelado rápidamente, mientras que, en Palo Alto, un barrio más pudiente, se mantuvo una semana impecable.Sin embargo, cuando los investigadores rompieron una de las lunas del auto de Palo Alto se generó el mismo vandalismo desatado en Bronx. La investigación concluye que el robo no fue generado por el nivel de pobreza existente, sino por el sentido de deterioro y ausencia de autoridad percibido por la sociedad.En nuestro país está sucediendo lo mismo. Lo hemos abandonado a su suerte y estamos sintiendo las consecuencias en nuestra vida diaria, las que nos impactan de manera más aguda por la pandemia. Es hora de recuperarla institucionalidad perdida: el orden, la estructura y la legalidad, y con ello, la confianza en nuestro futuro. La única manera de hacerlo es si trabajamos juntos coordinadamente en las metas mínimas que necesitamos priorizar de manera urgente.De pintar la cancha de nuestros problemas y de llamar a la acción colectiva, tanto de la empresa privada, como de las organizaciones, sindicatos y sociedad civil. Basta de generar divisiones. Somos un solo país y debemos de trabajar unidos para enfrentar nuestros desafíos, con sentido de comunidad.Definamos la brecha existente para lograr la equidad y, en base a ello, establezcamos los objetivos e indicadores país en los que debemos de trabajar todos los peruanos, y un conjunto de reglas de juego claras para lograr la anhelada estabilidad jurídica necesaria para promover la inversión privada.Aunque suene un poco obvio recordarlo, el dinero necesario para cerrar las brechas de desigualdad no crece de los árboles. Se requiere de empresas e individuos capaces de generar el círculo virtuoso de valor económico, donde ganemos todos. El populismo no nos llevará a cubrirlas necesidades de nuestro país, todo lo contrario, nos hará retroceder aún más.Si logramos promover esta fórmula y mantenerla durante los siguientes cinco años: institucionalidad, sumada a metas para reducirlas brechas de desigualdad; y trabajamos arduamente para lograrlas, tendremos un país del que todos estaremos orgullosos.De una vez por todas lideremos el Perú juntos. Gobernabilidad para gobernar. Eso es lo que necesitamos.Augusto BaertlFuente: Diario Gestión