2019-10-25Por: Ing. Luis Rivera, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.El estallido social ocurrido en Chile ha tomado por sorpresa a muchos, sobre todo a los que han visto desde afuera a este país sudamericano como un paradigma en temas de crecimiento y estabilidad económica en la región.En medio de este asombro, han surgido muchas interrogantes sobre esta coyuntura. Una de estas, sin duda, es si podría replicarse de forma similar en nuestro país. Un tema que da para un largo debate.Diversos analistas coinciden en que más allá de las considerables cifras macroeconómicas que ostenta nuestro vecino del sur -las cuales son valorables- aún en este país persisten grandes inequidades difíciles de ocultar.A pesar de haber reducido la pobreza en las últimas décadas, gracias en gran parte al impulso de su industria minera, todavía siguen arrastrando serios problemas como la falta de acceso a una buena educación y a una salud de calidad para su población.Podríamos decir que a grandes rasgos somos dos países con desafíos semejantes y con aspectos similares en materia económica. Tenemos el mismo modelo económico, integramos la Alianza del Pacífico y dependemos de una expectante industria minera.En el caso peruano también existen muchas demandas sociales latentes que no han sido resueltas, más allá de los enormes esfuerzos que se han realizado para reducir estas brechas.Se ha dicho en reiteradas ocasiones que nuestro país requiere un análisis responsable y un planeamiento concertado para resolver conurgencia estas problemáticas que mejoren la calidad de vida de más peruanos.Que necesitamos seguir bregando mucho más, no solo contra la corrupción, sino también contra la falta de gestión en el Estado -en los gobiernos regionales, provinciales y locales- para hacer sentir de una buena vez los beneficios que produce el país.Que es urgente el fortalecimiento de nuestras instituciones, así como una mayor gobernanza y la consolidación de un modelo de desarrollo equilibrado, para que este objetivo se cristalice de la manera más rápida posible.Todo ello se sabe. Existe cierta claridad por dónde debemos ir, pero no podemos hacerlo aisladamente, ni tampoco sin el importante respaldo de la industria minera. Necesitamos unirnos. En ese sentido, resulta sumamente imprescindible robustecer esta sinergia entre el gobierno, las empresas, la academia y la sociedad civil para alcanzar nuestro desarrollo.Desde el sector minero esperamos contar con este respaldo y compromiso de estos actores para sacar adelante no solo la cartera de proyectos (Quellaveco, Tía María, La Granja, Magistral, entre otros) sino también permitir la continuidad de importantes operaciones como Las Bambas, que representa alrededor del 1% de nuestro PBI, que garantizarán este progreso.Es el momento de tomar decisiones responsables y acertadas pensando principalmente en el futuro del Perú. Unámonos y trabaje-mos por un país sin pobreza, con más educación, con más salud, con más igualdad, pero sobre todo, con más oportunidades para los peruanos.