2019-03-22Por: Ing. Guillermo Shinno, gerente general del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú. A pesar de la coyuntura nacional, esta semana la empresa Southern Copper Corporation confirmó que alista una nueva fundición y refinería de cobre en el sur peruano, para procesar los concentrados de sus nuevos proyectos y de otras minas del país. Esta, sin duda, es una excelente noticia que refleja la confianza de los inversionistas por seguir apostando por nuestro país.Ello quiere decir que Perú contará en poco tiempo con su segunda fundición de cobre, algo que resulta importante debido no solo a la inversión que desembolsará la empresa para su construcción (USD 1,350 millones), sino también por el impacto económico en el mediano plazo que se traducirá en más impuestos, más canón y más beneficios para el país.Como se sabe las inversiones en refinerías son inversiones muy grandes que requieren mucho volumen y mucha masa crítica para asegurar su funcionamiento y no tener los hornos vacíos en un futuro. Es un tema que requiere estudiarse bien e ir de la mano con desarrollo de infraestructura, sobre todo en un contexto donde existe un exceso de fundiciones a bajo costo en el mundo, como en China.Vemos que Southern Copper realizó un análisis previo de sus capacidades en base a la ampliación de sus actuales operaciones (Toquepala, Cuajone) y el avance de sus proyectos en cartera (Los Chancas, Michiquillay y Tía María), lo cual le garantiza cierta tranquilidad. Además, la compañía informó que podría procesar los concentrados de minas como Cerro Verde, Las Bambas o Toromocho.Seguramente esta iniciativa podría generar algunos debates en torno a la posibilidad de contar en un futuro con más fundiciones en el país para darle un mayor agregado a nuestro cobre, tomando en cuenta los proyectos en camino y nuestra exportación principalmente de concentrados. Aunque esta alternativa puede sonar lejana, creemos que cualquier decisión a posteriori no solo dependerá de un sesudo y riguroso análisis, sino también de políticas de estado claras y de adecuados incentivos a la industria.De otro lado, vemos que una de las tareas pendientes del gobierno es lograr fortalecer el proceso de formalización de mineros informales, que asciende a más de 500 mil peruanos en la actualidad. Según Hernando de Soto, nuestro país podría crecer a cifras del 10% si solo se llegara a tener éxito con la formalización.En esa línea, creemos que es necesario que nuestras autoridades pongan mucha más atención en esta problemática nacional, así como también brinden un mayor respaldo para la resolución de conflictos sociales, que vienen impactando en operaciones como Las Bambas, uno de nuestros principales productores de cobre, y afectando nuestra economía.